2 separarás tres ciudades para vosotros de en medio de tu Tierra que te da El Eterno, tu Dios, para que la poseas. 3 Prepara el camino, y divide en tres partes la frontera de la Tierra que te hace heredar El Eterno, tu Dios; y ellas serán para cualquier asesino, para que huya allí. (Shoftim 18)
Explican la Kabala: Son “tres” ciudades, donde el asesino que mataba sin querer podía refugiarse para salvar su alma.
“Prepara el camino”: El camino del arrepentimiento. “Y divide en tres partes”: La Teshuvá consta de “tres partes”. La persona, el camino a transitar, hasta apegarse con el Eterno.
“Tres partes”: La persona, la humildad, y El Eterno. Si no se tiene humildad, estando dispuesto a todo para reencontrarse con El Eterno, la persona no encontrará expiación. Solo a través de pasar por los desafíos, la persona se apega al Eterno.
En dichas tres ciudades, a través de las “tres partes”, la persona puede refugiarse en la santidad, especialmente en el mes de Elul, para poder salir meritorio en el juicio de Rosh Hashaná.
Cuando se transgrede la voluntad divina, se está “matando involuntariamente al alma”, ya que solo un inconciente pretende alejarse de la bendición divina, siendo la solución, refugiarse en “la tierra de Israel”, en la santidad, a través de sortear todos los desafíos, “tres partes”, “tres ciudades”.
Explican la Kabala: Son “tres” ciudades, donde el asesino que mataba sin querer podía refugiarse para salvar su alma.
“Prepara el camino”: El camino del arrepentimiento. “Y divide en tres partes”: La Teshuvá consta de “tres partes”. La persona, el camino a transitar, hasta apegarse con el Eterno.
“Tres partes”: La persona, la humildad, y El Eterno. Si no se tiene humildad, estando dispuesto a todo para reencontrarse con El Eterno, la persona no encontrará expiación. Solo a través de pasar por los desafíos, la persona se apega al Eterno.
En dichas tres ciudades, a través de las “tres partes”, la persona puede refugiarse en la santidad, especialmente en el mes de Elul, para poder salir meritorio en el juicio de Rosh Hashaná.
Cuando se transgrede la voluntad divina, se está “matando involuntariamente al alma”, ya que solo un inconciente pretende alejarse de la bendición divina, siendo la solución, refugiarse en “la tierra de Israel”, en la santidad, a través de sortear todos los desafíos, “tres partes”, “tres ciudades”.
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