21 No plantarás para vosotros un árbol idolátrico, ningún árbol, cerca del Altar de El Eterno, tu Dios, que harás para ti. (Shoftim 16)
Explican los Sabios: “Cerca del Altar del Eterno” se encontraba el gran tribunal rabínico, quienes eran los encargados de cuidar y preservar la Ley de la Torá.
De esto aprenden los Sabios que “plantar un árbol idolátrico” cercano al Altar del Santuario es equivalente a nombrar jueces corruptos.
El juez puede ser como un “árbol frondoso”, y persuadir a la gente por intermedio de su “gran copa externa”, dejando los frutos de lado.
Por eso a un juez y sabio de la Torá no se lo debe reconocer por sus atuendos externos, sino por sus acciones.
Por el contrario, la humildad comienza vistiendo atuendos decentes y humildes, y no ropajes pomposos.
Explican los Sabios: “Cerca del Altar del Eterno” se encontraba el gran tribunal rabínico, quienes eran los encargados de cuidar y preservar la Ley de la Torá.
De esto aprenden los Sabios que “plantar un árbol idolátrico” cercano al Altar del Santuario es equivalente a nombrar jueces corruptos.
El juez puede ser como un “árbol frondoso”, y persuadir a la gente por intermedio de su “gran copa externa”, dejando los frutos de lado.
Por eso a un juez y sabio de la Torá no se lo debe reconocer por sus atuendos externos, sino por sus acciones.
Por el contrario, la humildad comienza vistiendo atuendos decentes y humildes, y no ropajes pomposos.
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