7 Moshé tenía ciento veinte años cuando murió; su ojo no se había opacado y su vigor no había disminuido. (Vezot Haberajá 34)
Naturalmente la fuerza de la persona decae con el tiempo, pero en referencia a Moshé cada día lo hacia más fresco y vibrante.
Moshé conocía el secreto de la juventud eterna, aprovechando cada momento de la vida, aprendiendo de la vida, extrayendo fuerza de cada situación y situación.
El cuerpo material cada vez vale menos, pero el alma cada vez vale más, ya que al pasar del tiempo va madurando. Moshé que su énfasis era el alma, su fuerza no se deterioró hasta su último día, ya que pudo transmitir la fuerza del alma al cuerpo.
Naturalmente la fuerza de la persona decae con el tiempo, pero en referencia a Moshé cada día lo hacia más fresco y vibrante.
Moshé conocía el secreto de la juventud eterna, aprovechando cada momento de la vida, aprendiendo de la vida, extrayendo fuerza de cada situación y situación.
El cuerpo material cada vez vale menos, pero el alma cada vez vale más, ya que al pasar del tiempo va madurando. Moshé que su énfasis era el alma, su fuerza no se deterioró hasta su último día, ya que pudo transmitir la fuerza del alma al cuerpo.
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