3…Mi espíritu ya no permanecerá por siempre en el hombre, pues él no es más que carne… (Bereshit 6)
Explican los Sabios: El “espíritu divino no permanece en el hombre”, cuando lo que se busca es solo “carne”, “pues el no es más que carne”.
La misma idea se puede apreciar cuando el pueblo se encontraba en el desierto, en donde despreciaron la Maná, queriendo comer “carne”, dejando de lado el alimento del espíritu, por deseos materiales, como está escrito: 4… y los Hijos de Israel lloraron una vez más, diciendo: ¿Quién nos dará de comer carne? (Behaalotjá 11)
Pero está escrito: 24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y su madre y se unirá a su mujer, y se transformarán en una sola carne. (Bereshit 2)
Lo optimo es cuando la “carne se une”, hacia el mismo objetivo, haciendo que la “unidad” del Eterno se manifieste en el mundo, a través de santificar lo material, la “carne”.
Esta idea se pude apreciar en las ofrendas animales en donde esta escrito en la Torá, que eran aroma grato para el Eterno.
Hasta la llegada del Mashiaj, en donde se verá plenamente lo escrito: “vendrá toda carne a adorar delante de mí, dijo Hashem”. (Isaías 66, 23).
La “carne”, lo material, se presentará delante del Eterno, transformando la oscuridad en luz.
Explican los Sabios: El “espíritu divino no permanece en el hombre”, cuando lo que se busca es solo “carne”, “pues el no es más que carne”.
La misma idea se puede apreciar cuando el pueblo se encontraba en el desierto, en donde despreciaron la Maná, queriendo comer “carne”, dejando de lado el alimento del espíritu, por deseos materiales, como está escrito: 4… y los Hijos de Israel lloraron una vez más, diciendo: ¿Quién nos dará de comer carne? (Behaalotjá 11)
Pero está escrito: 24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y su madre y se unirá a su mujer, y se transformarán en una sola carne. (Bereshit 2)
Lo optimo es cuando la “carne se une”, hacia el mismo objetivo, haciendo que la “unidad” del Eterno se manifieste en el mundo, a través de santificar lo material, la “carne”.
Esta idea se pude apreciar en las ofrendas animales en donde esta escrito en la Torá, que eran aroma grato para el Eterno.
Hasta la llegada del Mashiaj, en donde se verá plenamente lo escrito: “vendrá toda carne a adorar delante de mí, dijo Hashem”. (Isaías 66, 23).
La “carne”, lo material, se presentará delante del Eterno, transformando la oscuridad en luz.
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