5… pues El Eterno Dios no había enviado lluvia sobre la tierra y no había nadie que trabajara el suelo. (Bereshit 2)
Explican los Sabios: El problema de que la plegaria no es respondida enseguida es debido a que la persona no llega al nivel de “nadie”.
Eso es lo que dice la Torá: “y no había nadie”, y por eso: “El Eterno no había mandado lluvia”.
La tradición cuenta de ciertos Tzadikim como Eliahu Hanabí, y Joni Hamagal, que sus plegarias fueron respondidas enseguida, ya que habían llegado al nivel de refinar su cuerpo, "trabar su suelo", como es sabido que el profeta Eliahu subió vivo al cielo, como consecuencia de haber refinado su materia.
Explican los Sabios: El problema de que la plegaria no es respondida enseguida es debido a que la persona no llega al nivel de “nadie”.
Eso es lo que dice la Torá: “y no había nadie”, y por eso: “El Eterno no había mandado lluvia”.
La tradición cuenta de ciertos Tzadikim como Eliahu Hanabí, y Joni Hamagal, que sus plegarias fueron respondidas enseguida, ya que habían llegado al nivel de refinar su cuerpo, "trabar su suelo", como es sabido que el profeta Eliahu subió vivo al cielo, como consecuencia de haber refinado su materia.
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