20 Itzjak tenía cuarenta años cuando tomó por mujer a Rivka, hija de Betuel el arameo de Padán Aram, hermana de Labán el arameo. (Toldot 25)
Dicen los Sabios: “a los cuarenta años, para el raciocinio…” (Avot 5, 21). Significa que a la edad de “cuarenta años” Itzjak tuvo el entendimiento para poder refinar a “Rivka”.
“Cuarenta” también son los día que Moshé estuvo es el Monte Sinaí para obtener la Torá, y “cuarenta” son los día que van desde el principio de Elul hasta Iom Kipur, donde la persona logra verdadera sapiencia para retornar al Eterno.
A los “Cuarenta” años Itzjak estuvo preparado para poder elevar a “Rivka” y su entorno, “Betuel”, y “Labán”, uniendo con sabiduría el cielo con la tierra.
“Cuarenta” es cuando el número “cuatro” se potencia. El “cuatro” hace referencia a los “cuatro” elementos que conformar la creación, que cuando se multiplican por “diez” se conjugan y se unen de manera armoniosa, de modo que cada uno de los elementos se dirigen para el mismo lado, santificando al Eterno en este mundo.
Dicen los Sabios: “a los cuarenta años, para el raciocinio…” (Avot 5, 21). Significa que a la edad de “cuarenta años” Itzjak tuvo el entendimiento para poder refinar a “Rivka”.
“Cuarenta” también son los día que Moshé estuvo es el Monte Sinaí para obtener la Torá, y “cuarenta” son los día que van desde el principio de Elul hasta Iom Kipur, donde la persona logra verdadera sapiencia para retornar al Eterno.
A los “Cuarenta” años Itzjak estuvo preparado para poder elevar a “Rivka” y su entorno, “Betuel”, y “Labán”, uniendo con sabiduría el cielo con la tierra.
“Cuarenta” es cuando el número “cuatro” se potencia. El “cuatro” hace referencia a los “cuatro” elementos que conformar la creación, que cuando se multiplican por “diez” se conjugan y se unen de manera armoniosa, de modo que cada uno de los elementos se dirigen para el mismo lado, santificando al Eterno en este mundo.
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