1 Iaacov se estableció en la tierra donde residió su padre, en la tierra de Canaán… (Vaieshev 37)
Explica la Kabala: Hay “establecerse”, y hay “residir”. “Establecerse” denota estabilidad, mientras que “residir” denota estar en un lugar de manera esporádica.
“Iaacov” representa la conjunción, la armonía, amalgamando el amor de Abraham y el rigor de su padre, de Itzjak.
“Iaacov”, la armonía, se “establece” en el lugar de “residencia” de su padre, de Itzjak, del rigor.
“Itzjak” tan solo “reside” en la “tierra de Israel”, en la santidad, ya que solo el atributo de rigor, no puede “establecerse”, mientras que “Iaacov” puede “establecerse” en “Israel”, en la santidad, ya que el rigor de Iaacov viene amalgamado con el amor de Abraham, perdurando en la tierra de manera estable.
Está escrito: “Todos los corazones han de temerte y cada una de las partes más interiores ha de cantar a Tu Nombre” (De las plegarias)
Hay un “temor” que produce tristeza, pero hay un “temor” que produce alegría, que produce “canto”, y es cuando el temor va acompañado del amor.
"Iaacov" es el temor acompañado del amor a la divinidad, siendo este el temor que perdura, que se establece y que no es pasajero, quedando en la persona.
Resulta de esto que el verdadero temor a Hashem es el que produce cada vez más alegría sincera.
Explica la Kabala: Hay “establecerse”, y hay “residir”. “Establecerse” denota estabilidad, mientras que “residir” denota estar en un lugar de manera esporádica.
“Iaacov” representa la conjunción, la armonía, amalgamando el amor de Abraham y el rigor de su padre, de Itzjak.
“Iaacov”, la armonía, se “establece” en el lugar de “residencia” de su padre, de Itzjak, del rigor.
“Itzjak” tan solo “reside” en la “tierra de Israel”, en la santidad, ya que solo el atributo de rigor, no puede “establecerse”, mientras que “Iaacov” puede “establecerse” en “Israel”, en la santidad, ya que el rigor de Iaacov viene amalgamado con el amor de Abraham, perdurando en la tierra de manera estable.
Está escrito: “Todos los corazones han de temerte y cada una de las partes más interiores ha de cantar a Tu Nombre” (De las plegarias)
Hay un “temor” que produce tristeza, pero hay un “temor” que produce alegría, que produce “canto”, y es cuando el temor va acompañado del amor.
"Iaacov" es el temor acompañado del amor a la divinidad, siendo este el temor que perdura, que se establece y que no es pasajero, quedando en la persona.
Resulta de esto que el verdadero temor a Hashem es el que produce cada vez más alegría sincera.
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