7 Entonces las siete espigas flacas se tragaron a las siete espigas fuertes y buenas (Miketz 41)
El Faraón soñó al principio con espigas florecientes, para luego soñar con espigas magras, comiéndose las espigas magras a las florecientes, quedando magras.
Explican los Sabios: El “Faraón”, el mal, arruina toda bendición. Lo bueno y floreciente, es consumido por lo magro y malo, no quedando nada bueno. Como dicen los Sabios con respecto al malvado, que siempre está carente, siempre le falta.
Esto guarda relación con Januca, en donde en la época del año que acaece, se lee dicha sección: En Januca los pocos triunfaron sobre los muchos.
Los “pocos” son los Tzadikim, que se contentan con lo que tienen, “poco” o mucho, siempre están felices. “Mucho” son los malvados, los griegos, ya que siempre desean más. Ellos son llamados “muchos”.
Es en Januca en donde ilumina la luz que le da fuerza a los Tzadikim, “pocos”, para poder vencer a los “muchos”, los malvados.
El Faraón destruye su bendición a causa de su desenfrenada codicia, consumiendo la oscuridad a la luz, al igual que los griegos, pero, los Tzadikim, hacen que todo florezca, a través de su conducta.
El Faraón soñó al principio con espigas florecientes, para luego soñar con espigas magras, comiéndose las espigas magras a las florecientes, quedando magras.
Explican los Sabios: El “Faraón”, el mal, arruina toda bendición. Lo bueno y floreciente, es consumido por lo magro y malo, no quedando nada bueno. Como dicen los Sabios con respecto al malvado, que siempre está carente, siempre le falta.
Esto guarda relación con Januca, en donde en la época del año que acaece, se lee dicha sección: En Januca los pocos triunfaron sobre los muchos.
Los “pocos” son los Tzadikim, que se contentan con lo que tienen, “poco” o mucho, siempre están felices. “Mucho” son los malvados, los griegos, ya que siempre desean más. Ellos son llamados “muchos”.
Es en Januca en donde ilumina la luz que le da fuerza a los Tzadikim, “pocos”, para poder vencer a los “muchos”, los malvados.
El Faraón destruye su bendición a causa de su desenfrenada codicia, consumiendo la oscuridad a la luz, al igual que los griegos, pero, los Tzadikim, hacen que todo florezca, a través de su conducta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario