4 Sus hermanos vieron que era a él a quien su padre más amaba entre todos los hermanos, y lo odiaron; y no podían hablar con él pacíficamente. (Vaieshev 37)
Dicen los Sabios que no es casualidad que los sagrados días de Jánuca acaecen cuando el pueblo de Israel lee en la Torá lo relacionado con Iosef y sus hermanos.
Es sabido que el odio infundado entre hermanos fue el origen de la destrucción del sagrado Templo de Jerusalém.
El odio y las peleas entre hermanos originaron la impurificación del santuario en la época de Jánuca, y su posterior destrucción.
Este es el motivo que en la fiesta de Jánuca se encienden velas, y en especial con aceite.
El “aceite” guarda relación con la sabiduría, ya que así como el aceite enciende luz, del mismo modo la sabiduría ilumina la vida de la persona.
Donde hay “luz” hay paz, ya que la verdadera sabiduría es entender que cada persona aporta, completa, trayendo integridad.
Es este el mensaje que los hermanos de Iosef tienen que entender en Jánuca, de modo de ver con los propios ojos la construcción de Jerusalém.
Dicen los Sabios que no es casualidad que los sagrados días de Jánuca acaecen cuando el pueblo de Israel lee en la Torá lo relacionado con Iosef y sus hermanos.
Es sabido que el odio infundado entre hermanos fue el origen de la destrucción del sagrado Templo de Jerusalém.
El odio y las peleas entre hermanos originaron la impurificación del santuario en la época de Jánuca, y su posterior destrucción.
Este es el motivo que en la fiesta de Jánuca se encienden velas, y en especial con aceite.
El “aceite” guarda relación con la sabiduría, ya que así como el aceite enciende luz, del mismo modo la sabiduría ilumina la vida de la persona.
Donde hay “luz” hay paz, ya que la verdadera sabiduría es entender que cada persona aporta, completa, trayendo integridad.
Es este el mensaje que los hermanos de Iosef tienen que entender en Jánuca, de modo de ver con los propios ojos la construcción de Jerusalém.
No hay comentarios:
Publicar un comentario