“El justo florecerá cual
palmera…darán frutos aún en su vejez…” (Salmo 92)
La naturaleza establece que
generalmente la gente da “fruto”, simiente, cuando es joven y lozana, pero el “Tzadik da frutos
aún es su vejez”, ya que mientras a la mayoría de las personas el tiempo le
juega en contra, a la persona que su vida es toda conexión con la fuente de la vida,
El Eterno, el tiempo le juega a favor acumulando experiencia y bríos.
Así se puede apreciar a lo
largo de la literatura bíblica que algunas personas tuvieron hijos de grande,
como los patriarcas.
Como está escrito: “Será como
árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, y su
hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”. (Salmo 1, 3)
Quien está siempre “plantado junto
a corrientes de aguas”, quien está conectado al Eterno a través del “agua pura”
de la Torá, dará su “fruto en su tiempo”, a cualquier edad y sin
inconvenientes.
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