8 Y cuando Aarón encienda
las lámparas a la tarde, hará subir el humo continuo del incienso ante El
Eterno, por vuestras generaciones. (Tetzave 30, 8)
Explican los Sabios: En el
Santuario de Jerusalém primero se encendía el candelabro para luego ofrendar el
incienso.
El “incienso” estaba
compuesto por varias especias, incluso una de ellas de mal olor, aludiendo a
que incluso la persona tiene que ofrendar su lado más oscuro.
Solo se puede ofrendar lo
malo del corazón cuando antes se “enciende el candelabro”, es decir cuando hay
luz.
Una vez que la persona
enciende su luz interior a través de la Torá, puede ofrendar incluso lo más
oscuro de su corazón.
Incienso, “Ketoret”, significa
“Unión”. Solo se puede unir uno al Eterno cuando se anticipa la “Luz de la Torá”.
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