26 Y dijo Dios: Hagamos al hombre a Nuestra Imagen, y a Nuestra Semejanza. (Bereshit 1)
Explica la Kabala: La diferencia entre “imagen” y semejanza” es que la imagen es una reproducción fiel a la realidad, mientras que la semejanza es algo que se parece, pero no es una copia fiel a lo real.
Del mismo modo, Hashem le dio a la persona la Torá, que a través de ella la persona tiene claridad de cómo debe comportarse, y le dio los Preceptos que se realizan con objetos materiales, que al realizarlos la persona no puede ver con claridad el sentido de los mismos, ya que el mundo oculta a la divinidad.
El Midrash dice que la persona que no coloca Tefilín, no es considerado hombre, ya que el “hombre” debe tener “imagen y semejanza”.
El motivo es que el “Hombre” debe tener estos dos aspectos antes mencionados, la Torá, la teoría, “imagen”, y los Preceptos, la práctica, “semejanza”.
Es sabido que toda la Torá fue equiparada a los Tefilín. Los Tefilín de la cabeza se relacionan con la teoría, con el intelecto, y los Tefilín de la mano se relacionan con la acción, siendo estos dos caminos los necesarios para acceder a la Torá.
Por eso es que si la persona no se coloca los Tefilín, no se considera “hombre”, ya que le falta las dos cosas que constituyen a la persona, la teoría y la acción.
Explica la Kabala: La diferencia entre “imagen” y semejanza” es que la imagen es una reproducción fiel a la realidad, mientras que la semejanza es algo que se parece, pero no es una copia fiel a lo real.
Del mismo modo, Hashem le dio a la persona la Torá, que a través de ella la persona tiene claridad de cómo debe comportarse, y le dio los Preceptos que se realizan con objetos materiales, que al realizarlos la persona no puede ver con claridad el sentido de los mismos, ya que el mundo oculta a la divinidad.
El Midrash dice que la persona que no coloca Tefilín, no es considerado hombre, ya que el “hombre” debe tener “imagen y semejanza”.
El motivo es que el “Hombre” debe tener estos dos aspectos antes mencionados, la Torá, la teoría, “imagen”, y los Preceptos, la práctica, “semejanza”.
Es sabido que toda la Torá fue equiparada a los Tefilín. Los Tefilín de la cabeza se relacionan con la teoría, con el intelecto, y los Tefilín de la mano se relacionan con la acción, siendo estos dos caminos los necesarios para acceder a la Torá.
Por eso es que si la persona no se coloca los Tefilín, no se considera “hombre”, ya que le falta las dos cosas que constituyen a la persona, la teoría y la acción.
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