1 El Eterno les dijo a Moshé y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: 2 Este mes será para vosotros el principio de los meses, será para vosotros el primero de los meses del año. (Bo 12)
Dicen los Sabios que la Torá debía haber empezado con este versículo, ya que dicho versículo fue la primera enseñanza y orden que recibió el pueblo, aún en Egipto, previo a los Mandamientos en Sinaí.
Dicho versículo habla de la renovación de la luna mes a mes. De hecho, la palabra “mes”, se dice “Jodesh”, y guarda relación con la palabra “Jadash” que significa “nuevo”.
La primera enseñanza, incluso en Egipto, fue sobre lo concerniente a la “renovación de la luna”. Esto habla de cómo debe ser el servicio al Eterno, siempre con nuevos bríos y frescura.
El pueblo de Israel es comparado a la luna, y por eso su calendario es lunar, ya que ilumina a la noche, y crece constantemente, al igual que la luna.
El mundo desde un principio fue creado con restricción, y es el objetivo de la persona descubrir a la divinidad en cada cosa, revelando lo divino que hay en cada objeto.
Por eso dicen los Sabios que la Torá debía haber empezado con la Mitzva del “mes”, de la renovación, ya que en esencia es el objetivo de la persona renovarse día a día, pero, en la práctica, comenzó con la creación del hombre y su error al haber consumido el fruto prohibido, siendo la función del pueblo de Israel al salir de Egipto, reparar su error, con una “renovación” constante, como la misma luna.
Dicen los Sabios que la Torá debía haber empezado con este versículo, ya que dicho versículo fue la primera enseñanza y orden que recibió el pueblo, aún en Egipto, previo a los Mandamientos en Sinaí.
Dicho versículo habla de la renovación de la luna mes a mes. De hecho, la palabra “mes”, se dice “Jodesh”, y guarda relación con la palabra “Jadash” que significa “nuevo”.
La primera enseñanza, incluso en Egipto, fue sobre lo concerniente a la “renovación de la luna”. Esto habla de cómo debe ser el servicio al Eterno, siempre con nuevos bríos y frescura.
El pueblo de Israel es comparado a la luna, y por eso su calendario es lunar, ya que ilumina a la noche, y crece constantemente, al igual que la luna.
El mundo desde un principio fue creado con restricción, y es el objetivo de la persona descubrir a la divinidad en cada cosa, revelando lo divino que hay en cada objeto.
Por eso dicen los Sabios que la Torá debía haber empezado con la Mitzva del “mes”, de la renovación, ya que en esencia es el objetivo de la persona renovarse día a día, pero, en la práctica, comenzó con la creación del hombre y su error al haber consumido el fruto prohibido, siendo la función del pueblo de Israel al salir de Egipto, reparar su error, con una “renovación” constante, como la misma luna.
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