1 Toda palabra que te ordeno, eso será lo que observaréis para cumplir; no le agregarás ni le sustraerás nada…. (Reé 13)
Explican los Sabios que hay dos tendencias en la persona: Uno puede aumentar, o uno puede disminuir, de modo de salir del equilibrio demandado por la Torá.
Uno puede “aumentar”, “agregar”, haciendo cosas que no fueron ordenadas. El fervor y el entusiasmo pueden llevar a la persona a alejarse de la realidad, siendo la táctica del instinto del mal para destruir a la persona.
También uno puede “disminuir”, pensando que El Eterno no está complacido con su servicio. Como consecuencia de sus errores, la persona puede desilusionarse y “disminuir” hasta dejar todos los Preceptos por completo.
Por eso El Eterno pretende que la persona viva en armonía, sabiendo como conjugar sus emociones, “no aumentando, y no disminuyendo”.
Explican los Sabios que hay dos tendencias en la persona: Uno puede aumentar, o uno puede disminuir, de modo de salir del equilibrio demandado por la Torá.
Uno puede “aumentar”, “agregar”, haciendo cosas que no fueron ordenadas. El fervor y el entusiasmo pueden llevar a la persona a alejarse de la realidad, siendo la táctica del instinto del mal para destruir a la persona.
También uno puede “disminuir”, pensando que El Eterno no está complacido con su servicio. Como consecuencia de sus errores, la persona puede desilusionarse y “disminuir” hasta dejar todos los Preceptos por completo.
Por eso El Eterno pretende que la persona viva en armonía, sabiendo como conjugar sus emociones, “no aumentando, y no disminuyendo”.
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