“Pues Tu oyes el sonido del Shofar y escuchas la terúa, y no hay quien pueda compararse a Ti”. (De las plegarias de Rosh Hashaná)
Explican los Sabios: El Eterno no solo “oye”, sino que también “escucha”, presta atención, el sonido del Shofar.
Es decir que no solo está atento al acto concreto de hacer sonar el Shofar, sino que examina los corazones de sus hijos si realmente dicho sonido penetró en sus corazones, de modo de hacerlos más sensibles y obedientes.
Esto coincide con la norma que estipula que no solo hay que escuchar el Shofar, sino que hay que prestar atención a su sonido, volviendo en arrepentimiento sincero.
“y no hay quien pueda compararse a Ti”, ya que solo El Eterno conoce lo recóndito del corazón de la persona.
La Mitzva de hacer sonar el Shofar tiene la intención de despertar a la persona del letargo, de manera de que pueda obtener todas las bendiciones.
Explican los Sabios: El Eterno no solo “oye”, sino que también “escucha”, presta atención, el sonido del Shofar.
Es decir que no solo está atento al acto concreto de hacer sonar el Shofar, sino que examina los corazones de sus hijos si realmente dicho sonido penetró en sus corazones, de modo de hacerlos más sensibles y obedientes.
Esto coincide con la norma que estipula que no solo hay que escuchar el Shofar, sino que hay que prestar atención a su sonido, volviendo en arrepentimiento sincero.
“y no hay quien pueda compararse a Ti”, ya que solo El Eterno conoce lo recóndito del corazón de la persona.
La Mitzva de hacer sonar el Shofar tiene la intención de despertar a la persona del letargo, de manera de que pueda obtener todas las bendiciones.
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