15 ciertamente pondrás encima de ti un rey al que ha de elegir El Eterno, tu Dios… 16 Sólo que no poseerá muchos caballos (Shoftim 17)
Explica la Kabala que este mundo desde su mismo comienzo fue creado con faltante. En realidad, el “faltante” es una generosidad del Eterno, ya que a través de la necesidad, la persona puede permanecer humilde, pedir clemencia al Eterno y de este modo crecer espiritualmente.
Cada persona debe considerarse “rey”, y servir al Eterno con orgullo y entusiasmo, pero dicho “rey”, no debe “poseer muchos caballos”, sino lo necesario para su movilidad, ya que al tener de más la persona corre el riesgo de que su corazón se llene de arrogancia y vanidad, cayendo espiritualmente.
Sobre Hamán, el malvado, está escrito: Entonces Hamán dijo al rey: "Esto es lo que debe hacérsele al hombre a quien el rey quiere honrar"."Hagan traer un traje real que el rey haya usado y el caballo que el rey mismo haya montado, y que le pongan la corona real sobre su cabeza". (Ester 6: 7 y 8)
Explican los Sabios: “Hamán, el malvado” quería ser “rey”, con todos los honores, “traje y caballo real”, no como necesidad, sino como suntuosidad, y esa fue su caída.
El verdadero “rey” debe ser austero, pedir por su sustento, y cuidarse de no aumentar de más su riqueza, ya que dicha riqueza lo puede llevar a alejarse de la divinidad.
En el Sagrado Templo de Jerusalem había varios elementos confeccionados con oro, pero el Gran Templo fue destruido porque no se supo acceder correctamente a dicho material.
Explica la Kabala que este mundo desde su mismo comienzo fue creado con faltante. En realidad, el “faltante” es una generosidad del Eterno, ya que a través de la necesidad, la persona puede permanecer humilde, pedir clemencia al Eterno y de este modo crecer espiritualmente.
Cada persona debe considerarse “rey”, y servir al Eterno con orgullo y entusiasmo, pero dicho “rey”, no debe “poseer muchos caballos”, sino lo necesario para su movilidad, ya que al tener de más la persona corre el riesgo de que su corazón se llene de arrogancia y vanidad, cayendo espiritualmente.
Sobre Hamán, el malvado, está escrito: Entonces Hamán dijo al rey: "Esto es lo que debe hacérsele al hombre a quien el rey quiere honrar"."Hagan traer un traje real que el rey haya usado y el caballo que el rey mismo haya montado, y que le pongan la corona real sobre su cabeza". (Ester 6: 7 y 8)
Explican los Sabios: “Hamán, el malvado” quería ser “rey”, con todos los honores, “traje y caballo real”, no como necesidad, sino como suntuosidad, y esa fue su caída.
El verdadero “rey” debe ser austero, pedir por su sustento, y cuidarse de no aumentar de más su riqueza, ya que dicha riqueza lo puede llevar a alejarse de la divinidad.
En el Sagrado Templo de Jerusalem había varios elementos confeccionados con oro, pero el Gran Templo fue destruido porque no se supo acceder correctamente a dicho material.
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