18 Y ocurrirá que cuando oiga las palabras de este juramento se bendecirá en su corazón, diciendo: La paz será conmigo, a pesar de que voy como me dicta el corazón, agregando así lo regado a lo sediento. 19 El Eterno no estará dispuesto a perdonarlo (Nitzavim 29)
Explican los Sabios: Hashem “no está dispuesto a perdonar” a aquella persona que se jacta de tener “paz”, yendo “según los dictados de su corazón”, sin necesidad a someterse a la Ley de la Torá.
Aquella persona que prioriza la “paz” sin límites, está “sedienta”, como toda alma está con sed por El Eterno, pero en lugar de “regar” su sed con verdadera espiritualidad, la sacia, la “riega” con paz ficticia, permaneciendo siempre con “sed” de verdadera espiritualidad.
Cuando se enarbola la bandera de la “paz” ficticia sin los verdadero límites de la Torá, causa la indignación del Eterno, “regando la sed” con mentiras que no sacian.
Se puede calmar la sed con agua o se puede tratar de calmar la sed con líquidos que producen más sed.
Explican los Sabios: Hashem “no está dispuesto a perdonar” a aquella persona que se jacta de tener “paz”, yendo “según los dictados de su corazón”, sin necesidad a someterse a la Ley de la Torá.
Aquella persona que prioriza la “paz” sin límites, está “sedienta”, como toda alma está con sed por El Eterno, pero en lugar de “regar” su sed con verdadera espiritualidad, la sacia, la “riega” con paz ficticia, permaneciendo siempre con “sed” de verdadera espiritualidad.
Cuando se enarbola la bandera de la “paz” ficticia sin los verdadero límites de la Torá, causa la indignación del Eterno, “regando la sed” con mentiras que no sacian.
Se puede calmar la sed con agua o se puede tratar de calmar la sed con líquidos que producen más sed.
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