63 Y ocurrirá que así como El Eterno Se regocijó contigo para beneficiarte y multiplicarte, así hará que se regocijará contigo para aniquilarte y destruirte… (Ki Tavó 28)
Los Sabios advierten que este versículo debe ser explicado, ya que, ¿Qué significa que el Eterno se “regocijará” en hacerle daño a la persona?
Explica la Kabala: El regocijo del Eterno es beneficiar a la persona, y esto queda claro del principio del texto. Pero es sabido que el regocijo más grande que tiene El Eterno es cuando la persona se arrepiente, retornando al buen camino.
Cuando una persona reprime no puede estar totalmente contenta, ya que no sabe a ciencia cierta si su reproche surtirá el efecto buscado, que es enmendar la senda del descarriado.
Pero cuando Hashem amonesta, El, bendito Sea, conoce el límite de lo que la persona puede soportar, y sabe que luego del alejamiento vendrá el acercamiento, el retorno de la persona a la buena senda, y por tal motivo se alegra al aleccionar, ya que sabe hasta donde reprimir con exactitud para que la persona tome conciencia del camino a seguir.
En conclusión, en primera instancia, y de manera esencial, El Eterno desea otorgar bien, “El Eterno Se regocijó contigo para beneficiarte…”, pero si la persona demuestra ser obstinada yendo por senderos peligrosos, entonces se “regocija” en enmendar a la persona sabiendo que volverá en Teshuvá con mucha más intensidad que antes de haberse descarriada.
Los Sabios advierten que este versículo debe ser explicado, ya que, ¿Qué significa que el Eterno se “regocijará” en hacerle daño a la persona?
Explica la Kabala: El regocijo del Eterno es beneficiar a la persona, y esto queda claro del principio del texto. Pero es sabido que el regocijo más grande que tiene El Eterno es cuando la persona se arrepiente, retornando al buen camino.
Cuando una persona reprime no puede estar totalmente contenta, ya que no sabe a ciencia cierta si su reproche surtirá el efecto buscado, que es enmendar la senda del descarriado.
Pero cuando Hashem amonesta, El, bendito Sea, conoce el límite de lo que la persona puede soportar, y sabe que luego del alejamiento vendrá el acercamiento, el retorno de la persona a la buena senda, y por tal motivo se alegra al aleccionar, ya que sabe hasta donde reprimir con exactitud para que la persona tome conciencia del camino a seguir.
En conclusión, en primera instancia, y de manera esencial, El Eterno desea otorgar bien, “El Eterno Se regocijó contigo para beneficiarte…”, pero si la persona demuestra ser obstinada yendo por senderos peligrosos, entonces se “regocija” en enmendar a la persona sabiendo que volverá en Teshuvá con mucha más intensidad que antes de haberse descarriada.
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