6 Y la mujer percibió que el árbol era bueno como alimento, y que era un deleite para los ojos, y que el árbol era deseable como un medio para alcanzar la sabiduría… (Bereshit 2)
Explican los Sabios: En el paraíso, antes del pecado, lo bueno era acompañado con lo agradable a la vista, y con los demás sentidos. Es decir que lo que era bueno era rico, y lo que no era bueno era desagradable.
Con el pecado del consumo del fruto prohibido se originó que no necesariamente lo bueno va de la mano con lo rico, lo sano no se conjuga con lo apetitoso, y la belleza física no siempre es buena para la persona.
El problema de la gente es pensar que lo bello a la vista lo llevará a la felicidad. A pesar que así era en el Gan Edén, hoy en día no es así, ya que lo material está disociado de lo espiritual generando distorsión.
La Torá habla de la belleza de la matriarca Sará, y de Iosef, entre otros. Dicha belleza era producto del cultivo de sus almas pudiendo tocar lo material imbuyendo al cuerpo de una belleza especial. Ellos estaban en el nivel de Gan Edén en la tierra.
Hoy en día la belleza física es engañosa, al igual que lo apetitoso no siempre hace bien, siendo la verdadera belleza cultivar el alma para que se pueda reflejar en el cuerpo.
Explican los Sabios: En el paraíso, antes del pecado, lo bueno era acompañado con lo agradable a la vista, y con los demás sentidos. Es decir que lo que era bueno era rico, y lo que no era bueno era desagradable.
Con el pecado del consumo del fruto prohibido se originó que no necesariamente lo bueno va de la mano con lo rico, lo sano no se conjuga con lo apetitoso, y la belleza física no siempre es buena para la persona.
El problema de la gente es pensar que lo bello a la vista lo llevará a la felicidad. A pesar que así era en el Gan Edén, hoy en día no es así, ya que lo material está disociado de lo espiritual generando distorsión.
La Torá habla de la belleza de la matriarca Sará, y de Iosef, entre otros. Dicha belleza era producto del cultivo de sus almas pudiendo tocar lo material imbuyendo al cuerpo de una belleza especial. Ellos estaban en el nivel de Gan Edén en la tierra.
Hoy en día la belleza física es engañosa, al igual que lo apetitoso no siempre hace bien, siendo la verdadera belleza cultivar el alma para que se pueda reflejar en el cuerpo.
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