“Se puso la justicia (Tzedaka) como coraza…
Como vestidura se puso ropas de venganza” (Isaías 59, 17)
Explican los Sabios que cuando la persona da
Tzedaka, caridad, se está “vengando” del mal.
El mal surge cuando la persona traspasa las
fronteras del bien, siendo deliberadamente promiscuo, otorgando los bienes
ganados para fines inmorales.
Pero al ser dadivoso provoca que lo material
sea utilizado para bien, acrecentando e incrementando la luz en el mundo para
que de este modo el mal sea cada vez más reducido.
Cuando la persona se “viste con “Tzedaka”, en
definitiva se esta “vistiendo con atuendos de venganza”, en el sentido de que
su energía se canaliza hacia al bien en lugar de alimentar a las fuerzas del
mal.
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