6 Seréis para mí un reino de
sacerdotes y una nación santa (Itró 19)
Explican los Sabios que el
texto en cuestión fue el anticipo a la entrega de la Torá, y como anticipo
encierra mucho de la esencia de la Torá.
Por un lado El Eterno llamó a
la nación hebrea con el calificativo de “Sacerdote”. Los Sacerdotes son los descendientes de Aarón,
el primer sacerdote, quien se caracterizó por su amor a las criaturas. Acá se
tiene el primer concepto para obtener la Torá, el amor y la entrega a los demás.
Por otra parte, además de ser
“Sacerdote” se pretende que la persona sea “santa”. La santidad se adquiere no
siendo tan condescendiente con las cuestiones de este mundo. El Eterno permite
acceder a las cosas de este mundo pero con moderación.
En realidad el amor y la
santidad van de la mano, ya que solo al ser mesurados con las cuestiones mundanas, la persona no se vincula de lleno a la material, entendiendo el
concepto de compartir.
La esencia de la Torá es
santidad y amor, entendiendo que si no hay una no hay otra, como dice la Kabala
que un Tzadik es quien cuida su moralidad.
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