“Siempre que el Arca emprendía viaje, Moshé decía: “Levántate, Eterno,
y Tus enemigos serán dispersados…” (Behaalotejá 10). “Alzate, Eterno, a Tu lugar
de descanso…” (Salmos 10)”. (De las plegarias)
Explican los Sabios: Moshé en la Torá dijo que cuando uno “Levanta al
Eterno”, acentuando la espiritualidad en su vida, “Los enemigos se disipan”,
mientras que el rey David en sus Salmos expresó que cuando uno “Levanta al
Eterno”, cuando se acentúa la espiritualidad, comienza el descaso verdadero, “a
Tu lugar de descanso”.
La diferencia radica en que Moshé hizo transitar al pueblo por el
desierto, lugar desprovisto de santidad. En el “desierto” hay lugar para los “enemigos
del Eterno”, que son disipados a través del Arca sagrada.
El rey David habló de un nivel superior, cuando el Arca debía ser
ingresada al Gran Templo de Jersusalém. En dicho lugar hay paz y armonía, en ese lugar irradia una luz tan grande que ni
siquiera hay lugar para los enemigos del
Eterno, hay solo “descanso” y paz.
El rey David habló de una paz permanente, la cual debe lograr la
persona, de modo de que no tan solo pueda disipar a sus enemigos, sino
transformarlo en amigos, tal como será el mundo en la pronta llegada del
Mashiaj.
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