10 Iaacov salió de Beersheba y se dirigió hacia Jarán. 11
Llegó al lugar y allí pasó la noche, pues el sol se había puesto… y se recostó
en aquel lugar… 13 Y he aquí que El Eterno estaba parado sobre él y dijo: Yo
soy El Eterno, Dios de Abraham, tu padre, y Dios de Itzjak (Vaietzé 28)
Explican los Sabios: Incluso
que a la persona “se le venga la noche”, y se encuentre “acostado”,
desfallecido, nunca debe perder la conciencia de que está frente al Eterno, “Y
he aquí que El Eterno estaba parado sobre él”.
Al tener presenta al Eterno
en todo momento lo ayudará a salir de todo problema.
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