23 Ella concibió y dio a
luz un hijo, y dijo: Dios se ha llevado mi vergüenza. 24 Y lo llamó
Iosef, diciendo: Que El Eterno me agregue otro hijo. (Vaietzé 30)
Explican los Sabios: “Iosef”
es considerado por excelencia el nivel del “Tzadik”, pudiendo él guardar su
entereza como persona incluso en Egipto.
Por eso el Tzadik, Iosef, es
capaz de redimir a la persona de su “vergüenza”. La vergüenza aparece cuando la
persona se aleja del camino correcto, siendo el nivel de “Iosef”, el encargado
de erradicarla completamente, transitando por el camino del verdadero honor, el
camino del espíritu.
No solo que “Iosef” se
encarga de erradicar la “vergüenza”, sino que insta a quitar la “vergüenza” en
los demás, “Que El Eterno me agregue otro hijo”, haciendo que cada vez más la
gente se sume al camino correcto, agregando más “hijos”, alumnos, que transiten
el camino de la verdad.
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