“Hamán les dijo lo orgulloso
que estaba de su fortuna, sus muchos hijos y de toda la grandeza que el rey le
había conferido, haciéndole más importante que los otros oficiales y sirvientes
del rey”. (Ester 5, 11)
Explican los Sabios: Riqueza
sin base, no es riqueza en absoluto. Hamán con toda su fortuna pereció victima
de su deseo de poder y codicia.
Toda la narración de Ester es
comprender este concepto, ya que la misma Meguilá comienza narrando el poderío económico
de la nación en donde se encontraba el pueblo de Israel.
Dice la Meguilá: “Cuando
Hamán vio que Mordejai no se arrodillaba o postraba ante él, se enfureció”
(Ester 3, 5).
Dicen los Sabios: La furia
hace perder la riqueza, ya que riqueza sin base no es riqueza en absoluto.
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