Liderazgo

Liderazgo

El primer judío, Abraham, fue realmente un gran líder, se preocupó por el bienestar físico y espiritual de la gente. Toda su vida fue un esfuerzo denodado para que la gente llegue a su plenitud. De él podemos extraer ejemplo de lo que es realmente un líder.

Moshé, el libertador del pueblo, fue elegido como conductor y líder de la nación judía por haber ido en busca de una pequeña oveja descarriada, importándole no solo la generalidad del grupo sino cada uno de sus integrantes en particular. Luego se condolió por el sufrimientos de sus hermanos esclavizados en Egipto y posteriormente nos entregó la Torá y nos guió por el desierto. Cuando el pueblo pecó estuvo dispuesto a perecer si Hashem no perdonaba a los infractores. El puso su propio pellejo en juego cuando se trató de defender a sus hermanos.
Moshé era tartamudo, esto quiere decir que no descolló por su elocuencia, ni con sus discursos, sino con su acción, transmitiendo la verdad sin lindas palabras, que a veces confunden, con un mensaje claro y preciso.

En nuestro tiempo, el liderazgo del Rebe realmente fue admirable. Aún después de su deceso, inspiró a miles a seguir su camino de preocupación por los demás.

En los albores de su posición como Rebe, hablaba de llegar con el mensaje de luz a todos, estando presentes en el recinto tan solo unos pocos sobrevivientes del holocausto, el creía en la gente.
El Rebe pasaba horas repartiendo dólares para ser entregados en caridad, la gente que tuvo el mérito de aproximarse a él, nos cuenta, que salían de su encuentro preguntándose: ¿En que puedo mejorar el mundo? El no quería mostrar su luz sino la luz que está en la gente, esperando ser prendida para iluminar el alrededor.

El Talmud nos dice que el liderazgo no es poder, sino deber y responsabilidad
mientras que hay mucha gente que quiere llegar a altos cargos para poder dominar a los demás, nos dicen nuestras enseñanzas, que un buen líder tiene la obligación de provocar un cambio positivo en su ambiente.

Liderazgo es inspirar a otros a seguir la buena senda, es conducir a la gente para que tengan éxito en sus vidas, en el trabajo, en la sociedad, con su pareja y en todas las esferas de un ser humano.

Hoy más que nunca el mundo necesita de esta gente, independientemente de los conocimientos adquiridos, para enseñar al mundo el modo de vida espiritual y salvar a la gente confundida por el materialismo reinante. En cualquier situación que uno se encuentre, tiene la responsabilidad y el privilegio de iluminar almas, conducirlas por el buen camino y lograr un mundo mejor.