instagram


Seguinos en:

siguenos en facebook     sígueme en Instagram

Mirá nuestras publicaciones de Instagram!

jueves, 19 de junio de 2008

Aproximándonos a la fiesta

Estando prácticamente en vísperas del gran día en donde los cielos se unieron con la tierra nos parece oportuno analizar en aspecto místico de la entrega de la Torá:

La Torá fue entregada en el desierto. Esto nos enseña que para poder realmente recibir su enseñanzas y que afloren en nosotros, tenemos que aprender de la actitud que tomaron nuestros antepasados dejando el Egipto regido por el Faraón para aventurarse al desafío del desierto en donde no crece nada. De más esta decir que para esta odisea, nuestros antecesores debieron haber tenido un gran ingrediente de fe. Con esta confianza plena en el Creador transitaron durante largos años y lo interesante es que; en el mismísimo desierto fueron provistos de todas las necesidades físicas y también espirituales. Este fue el merito que les posibilitó recibir tamaño legado para las generaciones.

En dicho desierto no solamente recibieron alimentos, sino que Hashem los protegió de todas las alimañas que viven en el desierto. La Torá habla que en el desierto crecen serpientes y escorpiones. La Kábala interpreta que estos dos seres peligrosos hacen referencia a dos perjuicios que pueden llegar a dañarnos espiritualmente. El Talmud nos comenta que el veneno de la serpiente es ardiente mientras que el veneno de los escorpiones es frio. Estos son los dos enemigos espirituales de la persona: El deseo fervoroso por las cuestiones del mundo y la apatía. Es ahí mismo en el desierto donde surge la Torá, para poder protegernos de estos virus tan nocivos.

Nuestros sabios nos enseñan que para poder prosperar en la vida, la persona debe sentirse como un desierto, en el cual no crece nada. Del mismo modo, la persona debe sentir que lo que realmente tiene es gracias al favor divino que nos otorga más de lo que realmente nos merecemos. Esta humildad nos llevará a agradecer por cada cosa que poseemos y nuestra plegaria brotará con más fluidez ya que sabemos que todo nuestro potencial y capacidad fue otorgada por el Creador y todo lo que conseguimos fue gracias a su bendición, por eso la persona debe alegrarse por cada bien que El nos otorga y no dar todo por sobreentendido. Del mismo modo agradecer por el mérito que el Creador nos concedió por darnos la Torá, fuente inagotable para nuestras almas.

Esta debe ser la sensación que debe acompañarnos a lo largo del día, teniendo conciencia que todos nuestros logros dependen del Creador, para este fin es menester levantarse temprano para venir a la sinagoga, unirse en plegaria con la comunidad para luego impregnar esta sensación a lo largo del día.

Que podamos este Shabuot tomar conciencia de la importancia de la Torá, la cual convierte nuestro desierto en un jardín florido.

No hay comentarios:

En el año 2001 se rumoreaba que los bancos no iban a darle la plata a la gente. Por eso la gente sacó los fondos de los bancos. Un grup...