
El Sumo Sacerdote entraba en el Sacrosanto (Haffner, me encantó la palabra), lugar más sagrado del Templo y vertía la sangre del novillo expiatorio frente al Arca Sagrada. Nos sigue diciendo que lo hacia de la siguiente manera: Vertía la sangre una hacia arriba y siete abajo y decía: Uno; uno y uno; uno y dos; uno y tres; uno y cuatro; uno y cinco; uno y seis; uno y siete.
¿Por qué hay diferencia entre el relato de la plegaria, uno y siete, con lo que el Cohen decía, uno y uno; uno y dos; etc?
La respuesta es hermosa: El número siete hace referencia al mundo en el cuál vivimos, siete son los días de la semana, por eso vertía siete veces hacía abajo, haciendo alusión al mundo “bajo” en el cual vivimos y una hacia arriba, esta claro que representa al “Hashem Ejad”, Hashem es uno, por eso vertía la sangre hacia arriba. Es decir que nos sugiere que los siete de abajo provienen del Uno de arriba.
Pero el Cohen Hagadol, tenía miedo y eso nos quiere transmitir a nosotros, que si vas mucho para abajo te podes marear, embriagar o volverte loquito, por eso hacia uno y uno…
¡Abajo el cuerpo, arriba el alma!
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