Nos cuenta el Talmud: Ocurrió con Rav Huna que se le avinagró cuatrocientos barriles de vino.
Vinieron los Sabios a visitarlo y le dijeron: Debes indagar en tus actos y buscar el pecado que originó, que Dios, avinagre tu vino.
Le preguntó Rav Huna a los Sabios: ¿Ustedes sospechan que soy un pecador? Le contestaron los Sabios: ¿Acaso sospechas del Todopoderoso que alecciona sin motivos?
Proclamó Rav Huna: El que haya escuchado que no fui considerado en algunos de los preceptos que hable.
Le dijeron los Sabios: Escuchamos que no le das a tu empleado de las mejores uvas como pago, como la ley establece.
Dijo Rav Huna: El empleado que ustedes se refieren no para de robarme, ¿Y ustedes quieren que yo le de de lo mejor de mis uvas?
Le contestaron los Sabios: El que le roba a un ladrón, también prueba el gusto a robo.
Les dijo Rav Huna a los Sabios: Decido sobre mi persona a arrepentirme y darle a mi empleado lo que le corresponde.
En el momento que decidió Rav Huna enmendar su accionar se conviertió el vinagre en vino. Y hay otra opinión que dice que el valor del vinagre se encareció.
Podemos apreciar de este episodio que el castigo que Rav Huna recibió fue acorde a su accionar. El fue negligente con sus uvas, y como consecuencia su vino se echo a perder.
Del mismo modo cada percance que le viene a la persona es correspondiente a su accionar, debiendo indagar en que esta fallando, corregir lo que haga falta, y sin lugar a dudas, El Misericordioso lo librará del problema.
Vinieron los Sabios a visitarlo y le dijeron: Debes indagar en tus actos y buscar el pecado que originó, que Dios, avinagre tu vino.
Le preguntó Rav Huna a los Sabios: ¿Ustedes sospechan que soy un pecador? Le contestaron los Sabios: ¿Acaso sospechas del Todopoderoso que alecciona sin motivos?
Proclamó Rav Huna: El que haya escuchado que no fui considerado en algunos de los preceptos que hable.
Le dijeron los Sabios: Escuchamos que no le das a tu empleado de las mejores uvas como pago, como la ley establece.
Dijo Rav Huna: El empleado que ustedes se refieren no para de robarme, ¿Y ustedes quieren que yo le de de lo mejor de mis uvas?
Le contestaron los Sabios: El que le roba a un ladrón, también prueba el gusto a robo.
Les dijo Rav Huna a los Sabios: Decido sobre mi persona a arrepentirme y darle a mi empleado lo que le corresponde.
En el momento que decidió Rav Huna enmendar su accionar se conviertió el vinagre en vino. Y hay otra opinión que dice que el valor del vinagre se encareció.
Podemos apreciar de este episodio que el castigo que Rav Huna recibió fue acorde a su accionar. El fue negligente con sus uvas, y como consecuencia su vino se echo a perder.
Del mismo modo cada percance que le viene a la persona es correspondiente a su accionar, debiendo indagar en que esta fallando, corregir lo que haga falta, y sin lugar a dudas, El Misericordioso lo librará del problema.
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