19 Cuando sities una ciudad durante muchos días para hacerle la guerra para tomarla, no destruyas sus árboles blandiendo el hacha contra ellos, pues de ellos comerás, y no lo derribarás; ¿acaso el árbol del campo es un hombre para que sea sitiado por ti? (Shoftim 20)
Es sabido que el hombre fue comparado a un árbol. Específicamente a un árbol frutal.
Pregunta el Rebe: ¿Por qué se da en la naturaleza que siempre el fruto viene con semilla? ¿No podría crecer el fruto por un lado y la semilla por otro?
La explicación es muy inspiradora: El fruto consta de su cáscara que le da color, y de su parte interior que le da gusto, y la semilla que le da esencia, transmitiendo todo el código genético a las futuras generaciones de frutas.
Un fruto sin semilla, tiene todo pero no tiene nada. Tiene color, tiene gusto, incluso aroma, pero carece de la esencia, de la facultad de reproducirse y seguir generando hasta la posteridad.
Hoy en día el hombre generó frutos sin semillas, para aprovechar todo, pero en su afán de codicia, se olvido de lo más importante, de generar trascendencia.
Todo es importante. El aspecto exterior y el aspecto interior, pero los padres y maestros no deben olvidarse de transmitir lo esencial, aquello que ayudará a perdurar como pueblo.
Es sabido que el hombre fue comparado a un árbol. Específicamente a un árbol frutal.
Pregunta el Rebe: ¿Por qué se da en la naturaleza que siempre el fruto viene con semilla? ¿No podría crecer el fruto por un lado y la semilla por otro?
La explicación es muy inspiradora: El fruto consta de su cáscara que le da color, y de su parte interior que le da gusto, y la semilla que le da esencia, transmitiendo todo el código genético a las futuras generaciones de frutas.
Un fruto sin semilla, tiene todo pero no tiene nada. Tiene color, tiene gusto, incluso aroma, pero carece de la esencia, de la facultad de reproducirse y seguir generando hasta la posteridad.
Hoy en día el hombre generó frutos sin semillas, para aprovechar todo, pero en su afán de codicia, se olvido de lo más importante, de generar trascendencia.
Todo es importante. El aspecto exterior y el aspecto interior, pero los padres y maestros no deben olvidarse de transmitir lo esencial, aquello que ayudará a perdurar como pueblo.
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