9 Sara vio que el hijo de Hagar, la egipcia, que había parido de Abraham, se estaba burlando. 10 Fue y le dijo a Abraham: Echa a esta esclava con su hijo… (Vaierá 21)
Explican los Sabios: No solo la persona debe “echar”, despojarse, de las acciones negativas, sino incluso de las concepciones mal habidas, ya que las concepciones mal encaminadas, son el origen de las acciones erróneas.
“Hagar” representa la “madre” que da origen a la maldad. La “madre” desarrolla dentro de su vientre el producto que finalmente dará a luz.
“Abraham” es la inspiración primaria o seminal. Dicha inspiración debe desarrollarse dentro pensamientos sagrados, de manera de no desviarse, generando malas actitudes.
Es por eso que no solo se debe “echar” a “Ishmael”, el producto, sino a “Hagar”, la concepción de un desarrollo equivocado.
En la fiesta de Shavuot se acostumbra a comer alimentos lácteos. El motivo es que con la entrega de la Torá, la “sangre”, el rigor, se transformó en misericordia, en “leche”, al igual que al dar a luz, una mujer cesa su ciclo, transformándose la sangre en leche.
Pero en el caso de Ishmael, la “leche” de la madre, se transformó en “sangre” de rigor, encolerizando al Eterno.
Explican los Sabios: No solo la persona debe “echar”, despojarse, de las acciones negativas, sino incluso de las concepciones mal habidas, ya que las concepciones mal encaminadas, son el origen de las acciones erróneas.
“Hagar” representa la “madre” que da origen a la maldad. La “madre” desarrolla dentro de su vientre el producto que finalmente dará a luz.
“Abraham” es la inspiración primaria o seminal. Dicha inspiración debe desarrollarse dentro pensamientos sagrados, de manera de no desviarse, generando malas actitudes.
Es por eso que no solo se debe “echar” a “Ishmael”, el producto, sino a “Hagar”, la concepción de un desarrollo equivocado.
En la fiesta de Shavuot se acostumbra a comer alimentos lácteos. El motivo es que con la entrega de la Torá, la “sangre”, el rigor, se transformó en misericordia, en “leche”, al igual que al dar a luz, una mujer cesa su ciclo, transformándose la sangre en leche.
Pero en el caso de Ishmael, la “leche” de la madre, se transformó en “sangre” de rigor, encolerizando al Eterno.
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