18 Ese día, El Eterno hizo un pacto con Abram, diciendo: A tus descendientes he dado esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Éufrates (Perat) (Lej Lejá 15)
Explican los Sabios que los límites de la tierra de Israel, están marcados según los ríos, en esencia los ríos que salen del Paraíso.
Los límites de la “Tierra de Israel”, los límites de la santidad, en esencia son dos:
“Desde el río de Egipto”: El “río” hace referencia a aguas en movimientos. Las “aguas en movimientos” hacen referencia al manantial de sabiduría inagotable.
Dichas “aguas” deben “regar” los lugares más oscuros de la persona, sus “Egipto”, de modo de poder relacionarlos con El Eterno, sabiendo que todo es para bien.
“hasta el gran río, el río Éufrates (Perat)”: La palabra “Perat” se relaciona con la palabra “Peri” que significa “fruto”, aludiendo a la fecundidad.
Es decir, que el río de la sabiduría interior debe “regar” los momentos “fecundos” de modo de entender que vienen del Eterno, y no llegar a vanagloriarse.
Es por eso que la tierra con sus límites le pertenecen al pueblo de Israel, de modo de poder desarrollar su espiritualidad de forma plena, sin tener la necesidad de ceder absolutamente nada.
Todo tipo de necesidad de entregar “territorios” es en esencia, la falta de comprensión plena.
Explican los Sabios que los límites de la tierra de Israel, están marcados según los ríos, en esencia los ríos que salen del Paraíso.
Los límites de la “Tierra de Israel”, los límites de la santidad, en esencia son dos:
“Desde el río de Egipto”: El “río” hace referencia a aguas en movimientos. Las “aguas en movimientos” hacen referencia al manantial de sabiduría inagotable.
Dichas “aguas” deben “regar” los lugares más oscuros de la persona, sus “Egipto”, de modo de poder relacionarlos con El Eterno, sabiendo que todo es para bien.
“hasta el gran río, el río Éufrates (Perat)”: La palabra “Perat” se relaciona con la palabra “Peri” que significa “fruto”, aludiendo a la fecundidad.
Es decir, que el río de la sabiduría interior debe “regar” los momentos “fecundos” de modo de entender que vienen del Eterno, y no llegar a vanagloriarse.
Es por eso que la tierra con sus límites le pertenecen al pueblo de Israel, de modo de poder desarrollar su espiritualidad de forma plena, sin tener la necesidad de ceder absolutamente nada.
Todo tipo de necesidad de entregar “territorios” es en esencia, la falta de comprensión plena.
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