24 Y cuando los tomó y les hizo cruzar la corriente, envió del otro lado todas sus posesiones. 25 Iaacov se quedó solo y un hombre luchó con él hasta el amanecer. (Vaishlaj 32)
Iaacov tomó a su familia y a todas sus posesiones y las “envió del otro lado”. Preguntan los Sabios: ¿Qué significa que las “envió del otro lado”?
Siempre los patriarcas se destacaron de estar siempre “del otro lado”. Mientras que la gente opinaba de una manera, los sagrados patriarcas estaban “del otro lado”, con ideas diferentes a las ideas de este mundo.
Mientras todo el mundo hacía idolatría, los patriarcas “cruzaban de calle” para diferenciarse del resto de la gente pregonando la unicidad del Eterno.
Iaacov siempre se caracterizó por pasar a su familia y a todas sus posesiones “al otro lado”, al lado de la santidad, separándolas de concepciones contaminantes.
Pero Iaacov en su inmenso idealismo no estaba dispuesto a dejarlo a Esav del lado equivocado, y es por eso que luego de haber hecho el esfuerzo de llevar a todo lo que le pertenecía al lado correcto, volvió, y bajo peligro de vida, estuvo dispuesto a lidiar con los que todavía no habían tenido la dicha de pasar “del otro lado”.
La Kabala explica que cuando Hashem creó el mundo, creó el Gan Eden, de donde salía un río. De ese río del paraíso se formaron varios brazos, extendiéndose por la tierra.
Los patriarcas estaban en el nivel de “Gan Eden”, paraíso, en donde hay tan solo “un río”, sin bifurcaciones. Iaacov pretendía llevar a su familia al nivel del “paraíso”, en donde solo reina la “unicidad” del Eterno.
Es por eso que llevó a su familia a ese nivel de “paraíso”, pretendiendo que todos tengan el mérito de entrar más allá de toda “bifurcación de ríos”, hasta llegar a la “fuente de agua cristalina”, en donde no hay confusión y diferencias.
Iaacov tomó a su familia y a todas sus posesiones y las “envió del otro lado”. Preguntan los Sabios: ¿Qué significa que las “envió del otro lado”?
Siempre los patriarcas se destacaron de estar siempre “del otro lado”. Mientras que la gente opinaba de una manera, los sagrados patriarcas estaban “del otro lado”, con ideas diferentes a las ideas de este mundo.
Mientras todo el mundo hacía idolatría, los patriarcas “cruzaban de calle” para diferenciarse del resto de la gente pregonando la unicidad del Eterno.
Iaacov siempre se caracterizó por pasar a su familia y a todas sus posesiones “al otro lado”, al lado de la santidad, separándolas de concepciones contaminantes.
Pero Iaacov en su inmenso idealismo no estaba dispuesto a dejarlo a Esav del lado equivocado, y es por eso que luego de haber hecho el esfuerzo de llevar a todo lo que le pertenecía al lado correcto, volvió, y bajo peligro de vida, estuvo dispuesto a lidiar con los que todavía no habían tenido la dicha de pasar “del otro lado”.
La Kabala explica que cuando Hashem creó el mundo, creó el Gan Eden, de donde salía un río. De ese río del paraíso se formaron varios brazos, extendiéndose por la tierra.
Los patriarcas estaban en el nivel de “Gan Eden”, paraíso, en donde hay tan solo “un río”, sin bifurcaciones. Iaacov pretendía llevar a su familia al nivel del “paraíso”, en donde solo reina la “unicidad” del Eterno.
Es por eso que llevó a su familia a ese nivel de “paraíso”, pretendiendo que todos tengan el mérito de entrar más allá de toda “bifurcación de ríos”, hasta llegar a la “fuente de agua cristalina”, en donde no hay confusión y diferencias.
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