11 Llegó al lugar y allí pasó la noche… y se recostó en aquel lugar. 12 Y soñó, y he aquí que había una escalera colocada sobre la tierra cuyo extremo llegaba hasta el cielo; y he aquí que ángeles de Dios subían y bajaban por ella. (Vaietzé 28)
Explican los Sabios: Iaacov salió de la tierra de Israel, en aras de construir su familia.
Iaacov tuvo una señal alentadora al ver que en la “noche” del exilio la persona puede descender, pero también puede elevarse: “y he aquí que ángeles de Dios subían y bajaban”.
Es verdad que se pude “bajar”, pero también es verdad que uno puede “subir”.
Es por eso que al despertarse de su sueño, dice la Torá: 1 Iaacov se puso de pie y se dirigió hacia la tierra de los pueblos del este. (Vaietzé 29)
Explican los Sabios que “se puso de pie”, en forma ágil, liviana y sin esfuerzo, al saber que dentro suyo se encontraba el potencial para elevar todas las diásporas, dirigiéndose a la tierra de “Labán, el embustero” con la fe de que en cada lugar y lugar es posible introducir la luz divina.
Explican los Sabios: Iaacov salió de la tierra de Israel, en aras de construir su familia.
Iaacov tuvo una señal alentadora al ver que en la “noche” del exilio la persona puede descender, pero también puede elevarse: “y he aquí que ángeles de Dios subían y bajaban”.
Es verdad que se pude “bajar”, pero también es verdad que uno puede “subir”.
Es por eso que al despertarse de su sueño, dice la Torá: 1 Iaacov se puso de pie y se dirigió hacia la tierra de los pueblos del este. (Vaietzé 29)
Explican los Sabios que “se puso de pie”, en forma ágil, liviana y sin esfuerzo, al saber que dentro suyo se encontraba el potencial para elevar todas las diásporas, dirigiéndose a la tierra de “Labán, el embustero” con la fe de que en cada lugar y lugar es posible introducir la luz divina.
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