10 Iaacov salió de Beer sheva y se dirigió hacia Jarán. (Vaietzé 28)
Explica la Kabala que la salida de Iaacov a Jarán es la salida del alma de las alturas celestiales para investirse en el cuerpo y cumplir su función en la tierra.
La palabra “Beer Sheva” tiene dos significados. El primero alude al pozo donde en un principio el patriarca Abraham había hecho un “juramento”. Shevá proviene de la palabra “Shevua” que significa “juramento”.
El segundo significado de Ber Sheva alude a los “Siete pozos” que descubrió Itzjak. Tres pozos que había cavado Abraham, y tapados por los Filisteos, para luego ser descubierto por Itzjak, son seis, y un séptimo pozo que cavó Itzjak luego de haber descubiertos los pozos de su padre.
La Kabala explica que al bajar el alma al cuerpo le hacen “jurar” que sea un Tzadik y que no sea un malvado, de modo de poder retornar el alma pura luego del contacto con la tierra. Este juramente se relaciona con el primer significado de “Ber Sheva”.
Para que el alma pueda cumplir su función de manera correcta, se le suministran “siete” Preceptos. El Talmud dice que toda persona que es percatado en el uso de los Tefilín, en el vestido de los Tzitzit, y en la colocación de Mezuzá en la puerta de su casa, seguro que no va a pecar.
Estos “siete” Preceptos, “dos” Tefilín de la cabeza y de la mano, “cuatro” flecos en las puntas de su vestimenta y “una” Mezuzá, conforman los “siete” Preceptos que ayudan a la persona para cumplir el “juramento” del alma. Por eso la palabra “siete” y juramento” guardan relación.
Los Tefilín se colocan en la “cabeza” y en la mano, aludiendo a que la persona tiene que subyugar su intelecto al Eterno de modo de poder dominar las pasiones. El Tzitzit representa al corazón, ya que son ocho los flecos en cada punta, formando un total de trenta y dos flecos en las cuatro puntas de la vestimenta, teniendo este número relación con el “corazón” que suma “treinta y dos”. Y la Mezuzá corresponde a la acción, colocándose en la parte más externa de la casa.
Hashem le concedió al pueblo los Preceptos para que ayuden a cuidar al intelecto, la emoción y la acción, de modo de poder entregar pura al alma luego de la estadía por la tierra, y poder cumplir con su “juramento”.
Explica la Kabala que la salida de Iaacov a Jarán es la salida del alma de las alturas celestiales para investirse en el cuerpo y cumplir su función en la tierra.
La palabra “Beer Sheva” tiene dos significados. El primero alude al pozo donde en un principio el patriarca Abraham había hecho un “juramento”. Shevá proviene de la palabra “Shevua” que significa “juramento”.
El segundo significado de Ber Sheva alude a los “Siete pozos” que descubrió Itzjak. Tres pozos que había cavado Abraham, y tapados por los Filisteos, para luego ser descubierto por Itzjak, son seis, y un séptimo pozo que cavó Itzjak luego de haber descubiertos los pozos de su padre.
La Kabala explica que al bajar el alma al cuerpo le hacen “jurar” que sea un Tzadik y que no sea un malvado, de modo de poder retornar el alma pura luego del contacto con la tierra. Este juramente se relaciona con el primer significado de “Ber Sheva”.
Para que el alma pueda cumplir su función de manera correcta, se le suministran “siete” Preceptos. El Talmud dice que toda persona que es percatado en el uso de los Tefilín, en el vestido de los Tzitzit, y en la colocación de Mezuzá en la puerta de su casa, seguro que no va a pecar.
Estos “siete” Preceptos, “dos” Tefilín de la cabeza y de la mano, “cuatro” flecos en las puntas de su vestimenta y “una” Mezuzá, conforman los “siete” Preceptos que ayudan a la persona para cumplir el “juramento” del alma. Por eso la palabra “siete” y juramento” guardan relación.
Los Tefilín se colocan en la “cabeza” y en la mano, aludiendo a que la persona tiene que subyugar su intelecto al Eterno de modo de poder dominar las pasiones. El Tzitzit representa al corazón, ya que son ocho los flecos en cada punta, formando un total de trenta y dos flecos en las cuatro puntas de la vestimenta, teniendo este número relación con el “corazón” que suma “treinta y dos”. Y la Mezuzá corresponde a la acción, colocándose en la parte más externa de la casa.
Hashem le concedió al pueblo los Preceptos para que ayuden a cuidar al intelecto, la emoción y la acción, de modo de poder entregar pura al alma luego de la estadía por la tierra, y poder cumplir con su “juramento”.
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