5 Y les ordenó, diciendo: Así diréis: A mi señor, a Esav, así dijo tu sirviente Iaacov: he habitado junto a Labán y he permanecido allí hasta ahora. (Vaishlaj 32)
Explican los Sabios que el insito del mal se puede investir de dos maneras: Una manera, la más conocida, es cuando se inviste instando a la persona al pecado, y la otra manera, la menos conocida, es instando a la persona a hacer cosas que no fueron ordenadas, para luego dejar de lado algo que si fue ordenado.
Al hacer, la persona, cosas que no fueron ordenadas, se cree a la larga con fueros para erradicar algún Precepto, pensando que en su “rectitud” ya está en condiciones de conocer a la divinidad y abandonar algún Precepto.
Iaacov le manda a decir a “Esav”, el mal revelado, que no le tiene miedo, ya que durante muchos años estuvo conviviendo con el mal no revelado, con “Labán”.
La palabra “Labán” significa “blanco”, y representa a la impureza de pensar que se está siempre “blanco” sin tener la necesidad de cambiar.
El estudio de la Torá de Iaacov, y el cumplimiento de los Preceptos, le dan la fuerza para poder sortear todos los desafíos en la vida, pudiendo superar al mal revelado y al mal no revelado.
Explican los Sabios que el insito del mal se puede investir de dos maneras: Una manera, la más conocida, es cuando se inviste instando a la persona al pecado, y la otra manera, la menos conocida, es instando a la persona a hacer cosas que no fueron ordenadas, para luego dejar de lado algo que si fue ordenado.
Al hacer, la persona, cosas que no fueron ordenadas, se cree a la larga con fueros para erradicar algún Precepto, pensando que en su “rectitud” ya está en condiciones de conocer a la divinidad y abandonar algún Precepto.
Iaacov le manda a decir a “Esav”, el mal revelado, que no le tiene miedo, ya que durante muchos años estuvo conviviendo con el mal no revelado, con “Labán”.
La palabra “Labán” significa “blanco”, y representa a la impureza de pensar que se está siempre “blanco” sin tener la necesidad de cambiar.
El estudio de la Torá de Iaacov, y el cumplimiento de los Preceptos, le dan la fuerza para poder sortear todos los desafíos en la vida, pudiendo superar al mal revelado y al mal no revelado.
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