31 Tu buey será sacrificado ante tus propios ojos, mas no comerás de él (Ki Tavó 28)
Explica la Kabala que todas las maldiciones escritas en la Torá son en esencia grandes bendiciones:
En la época del Gran Templo de Jerusalém eran ofrecidos animales, los cuales eran sacrificados sobre el Altar. No todo el animal era sacrificado, sino que había partes que no eran consumidas por el Altar, aludiendo a que siempre hay algún aspecto de la personalidad de la persona que no está dispuesta a entregarse totalmente al Eterno.
Pero la mayor bendición es cuando “tu buey”, tu fuerza, es “sacrificada” totalmente sobre el “Altar”, de modo que “no comerás de él”, ya que no habrá nada de superficialidad en la persona, siendo todo entregado al Eterno.
Explica la Kabala que todas las maldiciones escritas en la Torá son en esencia grandes bendiciones:
En la época del Gran Templo de Jerusalém eran ofrecidos animales, los cuales eran sacrificados sobre el Altar. No todo el animal era sacrificado, sino que había partes que no eran consumidas por el Altar, aludiendo a que siempre hay algún aspecto de la personalidad de la persona que no está dispuesta a entregarse totalmente al Eterno.
Pero la mayor bendición es cuando “tu buey”, tu fuerza, es “sacrificada” totalmente sobre el “Altar”, de modo que “no comerás de él”, ya que no habrá nada de superficialidad en la persona, siendo todo entregado al Eterno.
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