3 Entonces El Eterno, tu Dios, volverá de regreso de tu cautiverio y tendrá compasión de ti, y te reunirá de entre todos los pueblos a los que te dispersó El Eterno, tu Dios. (Nitzavim 30)
Explican los Sabios que Hashem no retornará al pueblo de Israel a su tierra, sino que El “Volverá” a su tierra. El, bendito Sea, está en cautiverio, a causa de las transgresiones de sus hijos.
Dicen los Sabios que no solo el pueblo de Israel descendió al exilio, sino la Presencia divina junto al pueblo descendió al exilio junto con ellos.
Esto significa que por un lado, El Eterno sigue protegiendo a su pueblo aún en el exilio, y también significa que el pueblo con cada transgresión provoca que cada vez más la Presencia divina este en exilio.
Con cada transgresión se está reforzando el exilio, la impureza en el mundo, no dejando que Hashem se manifieste tal como es Su deseo.
Cuando se hace Tesuvá correctamente, se genera que El Eterno salga de su propio exilio, “volviendo” Hashem mismo de regreso a Su deseo primario.
De esto la persona tiene que tomar conciencia que con cada trasgresión se provoca que El mismo Hashem se “sumerja” en la basura. Dicho pensamiento tiene que consternar a la persona, decidiendo férreamente a no pasar nuevamente por Su palabra.
Explican los Sabios que Hashem no retornará al pueblo de Israel a su tierra, sino que El “Volverá” a su tierra. El, bendito Sea, está en cautiverio, a causa de las transgresiones de sus hijos.
Dicen los Sabios que no solo el pueblo de Israel descendió al exilio, sino la Presencia divina junto al pueblo descendió al exilio junto con ellos.
Esto significa que por un lado, El Eterno sigue protegiendo a su pueblo aún en el exilio, y también significa que el pueblo con cada transgresión provoca que cada vez más la Presencia divina este en exilio.
Con cada transgresión se está reforzando el exilio, la impureza en el mundo, no dejando que Hashem se manifieste tal como es Su deseo.
Cuando se hace Tesuvá correctamente, se genera que El Eterno salga de su propio exilio, “volviendo” Hashem mismo de regreso a Su deseo primario.
De esto la persona tiene que tomar conciencia que con cada trasgresión se provoca que El mismo Hashem se “sumerja” en la basura. Dicho pensamiento tiene que consternar a la persona, decidiendo férreamente a no pasar nuevamente por Su palabra.
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