“Alabanza y magnificencia
delante de él, la fuerza y la alegría están en su lugar”. (Cronica 1, 16, 27)
Explican los Sabios que la “alabanza”
esta directamente relacionada con la “alegría”.
Cuanto más humilde es la
persona, reconociendo y alabando al Eterno por lo que posee, más alegría en su
vida obtendrá.
La humildad hace que la
persona alabe y agradezca al Eterno por todo lo que posee, y eso mismo le
genera alegría, y por el contrario, cuando se siente que a uno le falta algo
material, nunca podrá estar verdaderamente contento.
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