“Crié y exalte hijos, pero
ellos se revelaron contra Mi” (Haftaará Debarim)
Dicha lectura es leída previa
al día de Tishá Beav, día de la destrucción de los Templos de Jerusalém y
posterior exilio.
No hay un sufrimiento más
grande que ver a los hijos yendo por el mal camino, “ellos se revelaron contra
Mi”.
La persona educa hijos para que continúen con orgullo la
tradición ancestral, pero el exilio comienza cuando los hijos no continúan con
el acervo del espíritu.
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