“El enaltecimiento de Dios
está en su garganta, y una espada de doble filo en su mano. Para hacer
vindicación en las naciones, castigo entre los pueblos…” (Salmo 149, De las
plegarias)
Explican los Sabios que la
persona tiene que saber que en el momento de la plegaria debe no solo “enaltecer
al Eterno”, sino que también debe “generar una espada”, “El enaltecimiento de Dios está en su
garganta, y una espada de doble filo en su mano”.
Con dicha “espada” debe
aprender a separar lo bueno de lo malo, “Para hacer vindicación en las
naciones, castigo entre los pueblos”.
La plegaria es el momento de
unión manifiesta con El Eterno, y en dicha unión se debe meditar sobre la
conducta a seguir durante el día, luego de la plegaria. Generando “espada”
significa producir determinación y voluntad para discriminar durante el día lo
bueno de lo malo, la vida de la muerte.
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