“Te ensalzo, Eterno, porque
Tu me has elevado, y no has permitido a mis enemigos alegrarse por mi causa…Eterno,
hiciste subir del Sheól (sepulcro) mi alma, me diste vida para que no
descendiese al pozo” (Salmo 30, de las plegarias)
Explican los Sabios: Muchas
son las pruebas del hombre de fe. Incluso mucha gente ignorante se burla y se
divierte a expensas de la gente que quiere recorrer el buen camino. Pero se
debe saber que toda cháchara es producto de los pecados de uno mismo.
Por eso cuando uno mejora el
proceder uno se “eleva”, y El Eterno “no
permite que los enemigos se alegren por su
causa”, “porque Tu me has elevado, y no
has permitido a mis enemigos alegrarse por mi causa”.
La persona tiene que tener el
valor de reconocer y agradecer al Eterno que pese a todos los errores que llevan
a la persona a un infierno en vida, uno pudo “surgir del sepulcro”, saliendo de
toda impureza y bajeza, extrayendo vida y sanidad espiritual, ya que Hashem
ayuda a quien decide purificarse.
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