“Por cuanto me has alegrado,
oh Eterno, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo. ¡Cuán grandes son
tus obras, oh Eterno! Muy profundos son tus pensamientos. (Salmo 92)
Explican los Sabios: “La
alegría y el gozo” se generan cuando la persona entiende el sentido de la obra
del Eterno, “Por cuanto me has alegrado, oh Eterno, con tus obras; en las obras
de tus manos me gozo”.
Cuando la persona sabe que de
ella depende manifestar santidad y divinidad en el mundo, entonces se alegra,
pese a todas las pruebas que tiene que vivir.
Una persona de fe tiene claro
el camino y se alegra al ver que es el canal para introducir santidad en el
mundo.
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