“Bueno y recto es El Eterno; por
tanto, El muestra a los pecadores el camino. (Salmo 25, 8, de las plegarias)
Dicen los Sabios: Le
preguntaron a la “sabiduría” sobre el destino del pecador y respondió que debe
sufrir. Le preguntaron a la “profecía” y respondió que debe morir, le
preguntaron a la “Torá” y respondió que debe traer un holocausto y le
preguntaron al Eterno y respondió que debe “volver a Mi y será perdonado”.
La “sabiduría” al igual que
la “profecía” y la “Torá” respondieron
con “rectitud” y lógica, mereciendo el trasgresor expiar su culpa, con
sufrimientos, o con la muerte o con holocaustos.
Pero el Eterno anticipó la bondad
a la lógica, ya que “Bueno y recto es El Eterno…”, anticipando Su bondad a la
rectitud, pretendiendo que la persona deje el mal camino y regrese a El con
todo su corazón.
La persona que comprende el
camino del Eterno de “bondad y rectitud”, no tiene que sufrir, sino que su
constante superación le evitará el camino de los sufrimientos, regresando al
Eterno con amor, y percibiendo todas las bendiciones que El Eterno tiene para
otorgarle.
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