“Mi alma se alegrará en
El Eterno; Se regocijará en Su salvación”. (Salmo 35, 9)
Explican los Sabios: Cuando
una persona vive con optimismo y alegría, siempre percibe la “salvación del
Eterno”. Eso es lo que dice el salmista; “Mi alma se alegrará”, y
entonces siempre encontraré “salvación”, “Se regocijará en Su salvación”.
Toda queja proviene de la
depresión, y de la falta de conciencia de lo importante de estar contento. La
alegría y el sentimiento de agradecimiento, provocan que la persona perciba
constante “salvación”.
La angustia hunde a la
persona en un pozo tal, que lo
imposibilita de ver la mano del Eterno a su lado.
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