“Y comeréis hasta saciaros, y
alabaréis el nombre del Eterno vuestro Dios, el cual hizo maravillas con
vosotros; y mi pueblo nunca más será avergonzado. (Ioel 2, 26)
Explican los Sabios: La “vergüenza”
viene al comer de más, pero llegará un momento en que la persona comerá sin vergüenza,
solo para “saciarse”, usando la cabeza.
Es sabido que al comer del
fruto prohibido tanto Adam como su esposa se avergonzaron, sintiéndose desnudos.
Esto alude al comer incorrectamente.
La ingesta indebida trae vergüenza,
ya que a partir de comer de más se deja de pensar correctamente, pero cuando se
come como se debe hay bendición, sin vergüenzas.
Ese es uno de los motivos del
ayuno que anticipa a Purim, teniendo vergüenza de entrar bocado a la boca,
siendo en Purim un Precepto la ingesta, debiendo incluso repartir alimentos a
la gente (Mishloaj Manot), ya que en Purim por intermedio de todo el ejercicio espiritual
se logró rectificar en parte la ingesta indebida del primer hombre.
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