“Conduce a los cautivos a
prosperidad…” (Salmo 68, 7)
Explican los Sabios: El
Eterno sacó a Su pueblo de Egipto cuando el clima estaba favorable, en primavera,
de modo que le fuese “prospera” y con éxito la salida.
Para poder “salir de Egipto”
y librarse de las ataduras del materialismo, la persona sebe llegar a un estado
“primaveral”, ni mucho calor, ni mucho frío.
“Calor” hace referencia a las
pasiones bajas y naturales de la persona, y “frío” hace referencia a la apatía
en el servicio divino.
Por eso para poder lograr la
libertad del alma es menester llegar a regular la “temperatura” interior,
llegando a la armonía del alma.
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