“Dijo la serpiente a la mujer: Ciertamente no morirás, pues Dios sabe que el día que comas de él, se abrirán vuestros ojos, y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal” (Bereshit 3: 4,5,6)
Dicen los Sabios que la serpiente fue a la mujer con un alegato correcto.
Si hubiera ingerido el fruto de manera correcta, con claridad, “el día”, se hubiera asemejado al Creador “conociendo el bien y el mal” de manera profunda, pudiendo igualar todas las situaciones.
Es sabido que la prohibición del consumo del fruto prohibido era hasta el Shabat. Lo que ocurrió fue que comieron por placer antes del tiempo previsto.
Por eso si hubieran esperado, hubieran sido beneficiados con la sensación de que todo es bueno, tal como El Eterno lo comprende.
Al comer del fruto anticipadamente, por placer personal, originó un sentimiento humano de no poder apreciar la verdadera realidad cósmica.
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