2 Y Yo te convertiré en
una gran nación; te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y tú serás una
bendición. (Lej Lejá 12)
Explican los Sabios: De este versículo
se aprende que la persona debe anteponer en sus rezos a los patriarcas Abraham,
Itzjak y Iaacov.
“Y Yo te convertiré en una
gran nación”, hace referencia al Dios de Abraham. “Te bendeciré”, hace referencia
al Dios de Itzjak. “Y engrandeceré tu nombre”, hace referencia al Dios de
Iaacov.
Pero la persona debe concluir
dicha bendición en el nombre de Dios de Abraham, “y tú serás una bendición”, ya
que dichas palabras fueron dichas por El Eterno al patriarca Abraham.
La Kabala explica que de
todos los atributos la persona tiene que enfatizar para recibir la bendición
divina, la conducta de “Abraham”, la conducta de la bondad.
El mundo fue creado por El
Eterno para manifestar la bondad, aplacando todo rigor. Para dicha tarea hace
falta armonizar entre variadas energías, pero en definitiva la bendición, “y tú
serás una bendición”, se obtiene uniéndose uno a la cualidad que identifica al
patriarca Abraham que es la bondad.
Ese es el motivo que en la
plegaria se comienza invocando el Dios de Abraham, el Dios de Itzjak, y el Dios
de Iaacov, pero se cierra dicha plegaria con el Dios de Abraham, ya que es el
sello para recibir bendiciones.
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